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Semillas es resistencia

El fuego comenzó a arder desde muy temprano. En los hornos de barro que custodiaban la escuela, en la cocina, en cada productxr que iba llegando, en los campesinos y las campesinas guardianas de semillas que fueron armando esta hoguera/hogar que crece con el paso del tiempo y que arde en nosotrxs como motor para seguir andando. Mucho trabajo, mucho. Un enorme trabajo colectivo fue la clave para que sucediera. Docentes, estudiantes, organizaciones, amigxs, compañerxs, más de cien puestos de productos campesinos, de la economía social, solidaria y popular al alcance de toda la comunidad que se acercó a vivir una fiesta única; abrazados al calor del médano y de la común-unión de la identidad, la memoria viva de los pueblos y la convicción cada vez más arraigada de que un mundo mejor es posible. Y no es solo un decir, es un hacer-ser en las comunidades campesinas. Lo vimos y lo vivimos en ese oasis de creencias, lucha y esperanza que ansiamos se propague en cada rincón del universo como una religión que nos permita ese buen vivir que pregonamos en cada acción. Sabemos que estos tiempos son difíciles y la incertidumbre inquieta nuestros corazones pero no vamos a permitir que nos roben la alegría del encuentro, el sentido de comunidad en el que creemos y que seguimos alimentando.

El sábado 7 de septiembre se llevó a cabo la 22° edición de la Feria Provincial de Semillas Nativas y Criollas. El encuentro tuvo lugar en la Escuela Secundaria N° 68 de Medanitos, Tinogasta.

Organizado por la Asociación Campesinos del Abaucán (ACAMPA) y Bienaventurados los Pobres (Be.Pe.), como desde hace 22 años se preparó un encuentro entre feriantes y productores agroecológicos/as de la región y de diferentes provincias del país que estuvo abierto desde las 8 hasta las 18 hs.

Así como en cada oportunidad, los/as diferentes feriantes llevaron sus productos: alimentos, plantas, artesanías, semillas, etc. para ofrecer a lo largo de todo el día.

En el evento se realizó, durante las primeras horas de la mañana, el tradicional trueque que tiene por objetivo principal conservar y multiplicar las semillas. Una vez finalizado este intercambio, se dio inicio a las ventas.

Este encuentro tuvo la mística y la magia del trabajo colectivo creyendo, apostando y confiando en un sueño como la semilla que germina cada año y que sostiene el fuego vivo de la memoria de las comunidades campesinas.

Como decía la Dorila: “¡Hay que luchar! ¡El agua es todo!”

¡Por el agua y por la vida!

Fotos: Daniel Sticotti