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El Consejo de la Economía Social y Popular ya es Ley

El lunes 23 de mayo la Cámara de Diputados y Diputadas de la Provincia de Catamarca aprobó la creación del Consejo de la Economía Social y Popular de la provincia. El proyecto surgió de un grupo de organizaciones de la sociedad civil que elaboraron un documento con 20 puntos que debería tener la ley nacional. El texto de la ley ya figura en el boletín oficial y está disponible en la biblioteca virtual Territorios y Economías Autónomas.

Desde el año 2019, las organizaciones articuladas en el Foro Hacia Otra Economía (FHOE) vienen trabajando en Catamarca para construir una legislación que favorezca la opción social, popular y solidaria de la economía. “En ese momento un grupo de organizaciones que formamos el FHOE y sobre todo miembros de la Red de Economía Social y Solidaria ACHALAY comenzamos a trabajar esta iniciativa. Presentamos primero este contenido de los 20 puntosque muchos conocen porque es un documento histórico de nuestro foro de cuando empezamos a pensar la ley nacional de Economía Social y Solidaria (ESyS). En el mes de febrero siguiente el senador, uno de los senadores que habia estado participando de esas actividades, nos convoca a un conjunto de organizaciones a empezar a pensar un proyecto de ley y ahi nos dimos distintos trabajos” cuenta Claudia Martinez, coordinadora del equipo de Investigación Acción Territorial de Bienaventurados los Pobres (Be. Pe.).

Fue el senador Maximiliano Brumec quien en aquel momento convocó a las organizacionesnos a trabajar. Asi, el proyecto de ley tuvo media sanción en la cámara de senadores en el año 2021 y luego pasó a diputados. Las organizaciones querían hacer algunos ajustes al texto de la ley pero el acuerdo para darle sanción y empezar a trabajar fue que todos esos procesos iban a ser trabajados en el marco de la reglamentación.

Durante ese proceso fue fundamental profundizar el camino de investigación de otras experiencias de construcción de leyes provinciales sobre ESyS. En marzo del 2020, desde el proyecto Territorios y Economías Autónomas (@territoriosyeconomiasautonomas) se convocó a la conformación del espacio Hacia una ley de ESyS en Catamarca. Este espacio se encargó de generar articulaciones con otras experiencias orientadas a trabajar pros y contras, posibilidades, oportunidades y dificultades en la construcción de sus propias leyes. Por ejemplo, la jornada virtual Desafíos y propuestas para la construcción de una Ley de Economía Social y Solidaria en Catamarca. Diálogos e intercambios entre organizaciones que se llevó a cabo El 24 de septiembre del 2020. En esa actividad se presentron las experiencias de formulación de leyes de las provincias de Santa Fe y Mendoza. Participaron Oscar Cena, miembro de la Fundación Nuevos Surcos presentando la experiencia de Santa Fé y Laura Palero del SACRA, presentando la Ley de Mendoza.

La jornada del 23 de mayo fue celebrada por muchas organizaciones. Desde la fanpage de Facebook de Athoca Sacra Catamarca destacaron la importancia histórica del acontecimiento: “En la Honorable Cámara de Diputados y Diputadas de la Provincia, se aprobó la creación del Consejo de la Economía Social y Popular de la Provincia de Catamarca que dará un marco legal a esta actividad que realizan tantas mujeres catamarqueñas y que de esta manera solventan sus gastos en cada hogar”.

El texto de la Ley N° 5746 – Decreto N° 1485 CREACIÓN DEL CONSEJO DE ECONOMÍA SOCIAL Y POPULAR EL SENADO Y LA CÁMARA DE DIPUTADOS DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA, se publicó en el Boletin Oficial y Judicial de la Provincia de Catamarca número 51 del 28 de junio de 2022. Sobre los sujetos de la Economía Social, Solidaria y Popular, dice que son “las personas físicas o jurídicas sin fines de lucro que, de manera vinculada y organizada en torno a los principios rectores de la Economía Social y Solidaria, buscan alcanzar la emancipación del trabajo y la satisfacción plena de las necesidades de los trabajadores, sus familias y comunidades, mediante la realización de actividades económicas de producción de bienes o prestación de servicios.”

Hacia adelante queda aun camino por recorrer, por eso las organizaciones continúan trabajando. La ley como espacio de implementación tiene al Ministerio de Desarrollo Social y para poder comenzar el proceso de regalmentación mantienen una conversación cotidiana con sus funcionarios y funcionarias. “Y ahora lo que falta es un proceso de apropiación por parte de las organizaciones y de empezar a pensar cuales son los procesos de representatividad y cuales son las mejores formas. Esta ley prevee además la conformación de consejos municipales” aclara Claudia Martínez, quien agrega que también estos tienen un espacio y un trabajo para realizar.

Todo el trabajo en torno a la ley implica multiplicaición, articulación y generación de sinergias y complementariedades entre experiencias. En adelante quedan resoluciones, regulaciones y acciones que tienen que acompañar esta ley. Pero además de las acciones administrativas, las organizaciones llevan adelante una disputa de sentido en relación al modelo hegemónico de la economía, por eso apuntan a que el Consejo tome como eje la implementación y la construcción de otras formas económicas vinculadas a la agroecología y a la igualdad de género, entre otras dimensiones políticas desde las que se construye este nuevo modelo de economía.

“No hay posibilidades de construir una ESyS en el marco de un modelo eminentemente extractivo como tenemos en la provincia de Catamarca, con un ejecutivo que mayoritariamente favorece la instalación de empresas extractivas en la provincia. Esta ley es un espacio para empezar a discutir esas cuestiones y para visibilizar y hacer crecer otros sectores económicos y lograr otro reconocimiento. Catamarca ha sido definida como una provincia minera y sin embargo es una provincia que tiene un desarrollo de los sectores de la ESyS, de la agricultura, que son muy fuertes y que producen realmente, se ha mostrado en la pandemia que logran sostener sistemas de vida de las familias”, refuerza Claudia. “Tenemos un montón de leyes que están en los cajones o están sin presupuesto, tratemos de que en esta oportunidad no nos pase lo mismo” concluye Claudia.

La edición del boletín oficial donde figura el texto de la ley se encuentra disponible para su lectura y descarga en https://biblioteca.bepe.org.ar/items/show/350

Cronología

Ley N° 5746 – Decreto N° 1485 Consejo Provincial de Economía Social y Popular de la provincia de Catamarca

⦁ 21 de octubre 2019 el entonces candidato y hoy actual Intendente de la Capital de la provincia Gustavo Saadi realiza convocatoria a los actores de la Economía Social y Solidaria (ESyS). Estos presentan el documento 20 propuestas para la formulación de una ley sobre ESyS.

⦁ 17 de febrero de 2020, el senador provincial Maximiliano Brumec convoca a los actores de la ESyS para integrar un espacio de trabajo para la elaboración de un proyecto de Ley.

⦁ En marzo del 2020, desde el proyecto Territorios y Economías Autónomas se convoca a la conformación del espacio Hacia una ley de ESS en Catamarca, integrado principalmente por organizaciones que forman parte del Foro Hacia Otra Economía (FHOE). Este espacio mantiene reiteradas reuniones con el Senador Maximiliano Brumec autor del anteproyecto de Ley provincial de la ESyS.

⦁ El día 26 de agosto del 2020, el espacio por Hacia una Ley de ESS en Catamarca se reúne con la Comisión de Legislación General de la Cámara de Senadores. La Comisión sesiona en la sede de Bienaventurados los Pobres (Be Pe.).

⦁ El día 23 de septiembre del 2020, en el marco de la 17° Sesión Ordinaria el Senado aprueba por unanimidad el proyecto de Ley por el que se promueve la creación del Consejo Provincial de Economía Social, Solidaria y Popular. El proyecto pasa a su tratamiento en la Cámara de Diputados.

⦁ El 24 de septiembre del 2020 la mesa de trabajo Hacia Una Ley de ESS en Catamarca, realiza la jornada virtual Desafíos y propuestas para la construcción de una Ley de Economía Social y Solidaria en Catamarca. Diálogos e intercambios entre organizaciones. Se presentan las experiencias de formulación de leyes de las provincias de Santa Fe y Mendoza. Participan Oscar Cena miembro de la Fundación Nuevos Surcos presentando la experiencia de Santa Fé y Laura Palero del SACRA presentando la Ley de Mendoza.

⦁ Durante el 2021 la ley estuvo en análisis en la Cámara de Diputados, esperando su tratamiento.

⦁ El 6 de julio del 2021 la mesa de trabajo Hacia Una Ley de ESS en Catamarca se reune con el Senador Provincial José Luis Martinez integrante de la Comisión de Legislación del Senado. Los actores de la ESyS piden información sobre el estado del proyecto de ley, sancionado en esa cámara y solicitan la activación del tratamiento.

⦁ En diciembre del 2021 se renueva la composición de las cámaras. La Licenciada María Argerich, que había sido Secretaria de Inclusión y Economía Popular de la provincia de Catamarca, asume como diputada.

⦁ El 16 de marzo de 2022 se reune la mesa de trabajo Hacia Una Ley de ESS en Catamarca con la diputada Argerich, su equipo y un gran número de organizaciones. Las organizaciones solicitan realizar algunas modificaciones en el texto de la ley: con respecto a género piden un análisis particular y con respecto a la representación de las organizaciones en la conformación del Consejo Provincial y local de Economía Social piden presiciones. La diputada María Argerich plantea realizar las modificaciones durante la reglamentación de la ley, asegurando la construcción de una reglamentación de la Ley de la misma forma participativa en que fue formulado el proyecto de Ley.

⦁ El 23 de mayo de 2022 la Cámara de Diputados y Diputadas de la Provincia de Catamarca aprueba la creación del Consejo de la Economía Social y Popular de la provincia de Catamarca

Fotos: gentileza de ATHOCA SACRA CATAMARCA

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Un día pudieron hablar: mujeres, violencia y dictadura

Otro 24 de marzo

El fenomenal éxito de público de la película “Argentina 1985”, que coloca en primer plano social el pasado reciente de nuestro país, se explica por la profunda herida que la última dictadura militar significa en nuestra historia y en nuestra identidad como pueblo. La emoción generada en las salas de cine siempre va acompañada de aplausos -muchas veces de pie- y gritos que se sintetizan en el “Nunca más” con el que cerró su alegato el fiscal Strassera en el Juicio a las Juntas. Esto es lo que ocurre en los cines, y por fuera de las funciones se abren los intercambios de sensaciones, sentimientos,  dolores, heridas, debates. Además de recordar -volver a pasar por el corazón- las formas que adquirió el horror a través de las torturas, las vejaciones, las denigraciones, las técnicas de destrucción del ser humano como tal, la película abrió una serie de preguntas, algunas relacionadas con el comportamiento diferenciado de los represores con las mujeres secuestradas. En la ficción, una de las mujeres que prestó testimonio se refiere a las violaciones a las que fue sometida en cautiverio y algunos interrogantes que surgieron fueron si se denunciaron violencias sexuales en el contexto del Juicio a las Juntas y porqué estas prácticas aberrantes fueron invisibilizadas. Las investigaciones comprobaron que las denuncias por violencia sexual fueron parte de los relevamientos que realizó la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) y que se escucharon durante el desarrollo del Juicio a las Juntas. A pesar de esa comprobación, esas denuncias sobre crímenes contra la integridad sexual no fueron considerados delitos específicos en ese momento y no llevaron a investigaciones posteriores, aún cuando quedaron fuera de las leyes de impunidad (Obediencia Debida, Punto Final e Indultos) sancionadas a fines de la década del 80 y en el año 1990. En este sentido y en ese contexto, la violación fue considerada una forma de tortura y definida como tormento. En esos primeros años pos-dictadura, algunas mujeres quisieron hablar de lo que habían padecido y no fueron escuchadas, es decir, no encontraron las condiciones para relatar esas experiencias traumáticas que les provocaban una profunda vergüenza. Muchas otras no pudieron hablar, guardaron por mucho tiempo esos dolores en sus cuerpos torturados y violados que no querían ni podían expresar lo vivido.

Y un día pudieron hablar. Fue cuando se reabrieron los procesos judiciales por los crímenes del terrorismo de estado, en la primera década de los 2000. En ese  momento comenzaron a visibilizarse formas específicas de violencia ejercidas sobre los cuerpos de las mujeres, que para los represores eran sólo eso, cuerpos de los que se podía disponer para ser ultrajados y violados, una, diez, mil veces. Y en 2011, la Unidad Fiscal de Coordinación y Seguimiento de las causas por violaciones a los derechos humanos instruyó sobre la necesidad de juzgar como crímenes de lesa humanidad los abusos sexuales cometidos contra detenidxs desaparecidxs, independientemente de otros delitos como tormentos y desaparición de personas, entre otros.

Las formas específicas de violencia ejercidas sobre las mujeres tienen muchas explicaciones, pero indudablemente una de ellas es que las secuestradas estaban lejos del modelo de mujer que tenían los represores y que “ese modo de ser” atentaba contra la moral patriarcal que sostenían y los estereotipos de la familia occidental y cristiana que defendían. Sólo la violencia extrema -que incluía técnicas de destrucción psicológica e identitaria junto con las violaciones- castigaría esa osadía y se convertiría en un acto domesticador, al decir de Rita Segato.

Estas reflexiones sobre el pasado reciente de la Argentina forman parte de aprendizajes que hemos realizado junto con las sobrevivientes, los organismos de derechos humanos de nuestro país -varios de los cuales están formados por mujeres-  y compañeras que desde los feminismos nos han interpelado en la construcción de nuestra historia. Uno de los principales aprendizajes es que la escritura e interpretación de la historia no puede hacerse sin perspectiva de género, porque de esa forma construimos y narramos una historia incompleta. Y no nos referimos sólo a la “historia oficial” sino también a la que se ha escrito desde las izquierdas. La metodología criminal implementada por el terrorismo de estado se expresó de forma diferente en los cuerpos femeninos y masculinos, reproduciendo la violencia sobre la que se sostiene, en el pasado y en el presente, el capitalismo colonial, patriarcal y extractivista. Esas prácticas represivas diferenciales se tatuaron en los cuerpos de las mujeres y su manifestación se fue abriendo camino cuando algunas de ellas pudieron hablar, contar, narrar, lo que habían vivido en los centros clandestinos de detención y tortura. Y se visibilizaron las vivencias y los impactos diferenciales, dando lugar a los relatos con perspectiva de género.

Eso mismo sucede hoy con los extractivismos que arrinconan la vida en nuestras tierras. Las mujeres, que son las principales protagonistas de las luchas en defensa de los territorios, han construido lecturas particulares sobre el modelo extractivo, identificando impactos diferenciados por género y denunciando su carácter patriarcal y racista. Es decir, un día hablaron para denunciar que lo que ocurre en los territorios repercute en nuestros cuerpos y que el avance extractivista pone en riesgo la reproducción de la vida.

Poder hablar es un proceso y para las mujeres implica superar las mordazas patriarcales que las han callado. Y hablar se convierte en un desafío: interpretar la historia y leer el mundo con “anteojos violetas”, es decir, con perspectiva de género, que implica ni más ni menos que las mujeres y las diversidades se apropien de su voz y construyan papeles protagónicos en los relatos que hacen a nuestro pasado y nuestro presente.

Cualquier interpretación o lectura que hagamos sin esos anteojos, es ver menos y sin profundidad. Es ver a medias.  

AV1III

MUJERES TRAMANDO PARA LA VIDA DIGNA

UN NUEVO 8 DE MARZO

Por Patricia Agosto

Aquí y allá vemos mujeres entramándose para defender la vida digna. En el campo, en la ciudad, desde la historia, el presente y el futuro, crean tejidos de saberes, sentires y haceres. Y esas tramas se vienen construyendo desde lo más hondo de la historia, esa historia ignorada, ocultada, negada ante la que “vale”, que es la que se vive y relata en género masculino.

Cuando nos pusimos a bucear sobre los orígenes del 8 de marzo, nos hicimos algunas preguntas que pueden sintetizarse en la siguiente: ¿habrá muchas fechas y hechos históricos sobre los cuales haya tantas preguntas, tanta confusión y tantos mitos? Claramente la historia oficial en masculino no se iba a preocupar por seguir profundizando en hechos protagonizados por mujeres.

Desde otras ópticas, no creemos que sea imprescindible precisar tanto las fechas para entender la historia, o mejor dicho las historias, es decir, las distintas versiones que se escriben desde las múltiples voces que intervienen. Se trata de “contrahistorias” que rescatan los pasados vencidos y silenciados. Y es en ese sentido que las mujeres hemos aprendido que somos nosotras las que tenemos que encontrar esas contrahistorias y ser nosotras también las que precisemos, no el origen de una fecha determinada, sino los distintos hilos del entramado entre mujeres que nos llegan como susurros de nuestras ancestras. En el caso concreto del 8 de marzo se trata de los susurros, que en su momento fueron gritos, de esas obreras estadounidenses que luchaban por derechos laborales, esas socialistas europeas que reclamaban el voto femenino y los derechos de las mujeres y esas trabajadoras rusas que dieron el puntapié inicial de la revolución bolchevique con sus demandas de paz, pan y fin del régimen zarista.

No importa exactamente qué día ni qué año, ni tampoco importan las confusiones que se han generado en torno al 8 de marzo, lo importante es que todas esas mujeres, estando cerca o lejos, se enredaron contra el sistema capitalista y patriarcal que las negaba, las violentaba y las ocultaba. Y no sólo en el siglo XX por supuesto.

Las mujeres fueron sometidas a múltiples formas de opresión desde la prehistoria patriarcal de la humanidad, al decir de Rita Segato, y cuando se constituyeron las sociedades modernas/capitalistas/coloniales esas opresiones se profundizaron. Además en casi todas las culturas, las mujeres han tenido la responsabilidad de los trabajos de cuidado y de reproducción de la vida, como consecuencia de la división sexual del trabajo impuesta por el capitalismo patriarcal. Esos trabajos fueron considerados como no productivos, por no “contribuir” al proceso de acumulación capitalista, y situados en el ámbito “privado” y “personal”, como nos recuerda Federici.

La responsabilidad de reproducir la vida y de alimentar a sus familias y comunidades ha llevado a muchas mujeres a procurar la conservación y restauración de la naturaleza y es por eso que muchas de ellas se han transformado en defensoras de los territorios que son fuente de reproducción de la vida. Y así, conscientes o no, se convirtieron en ecofeministas, ya que asumieron que sin naturaleza no hay vida humana y que con opresiones no hay vida digna.

Y también han aprendido de las feministas comunitarias que lo que ocurra en los territorios afecta los cuerpos y que el cuerpo es el primer territorio de lucha y por lo tanto muchas de las luchadoras se convirtieron en defensoras de los territorios-cuerpos que crean y sostienen la vida familiar y comunitaria.

¿Qué traman las mujeres en estos tiempos de colapso civilizatorio, acrecentado por la pandemia? Vienen tramando resistencias y alternativas al capitalismo patriarcal,  colonial y pandémico desde las diferentes corrientes feministas y ecofeministas, desde las experiencias de la economía popular, social y solidaria, desde las prácticas que recuperan saberes sobre el cuidado de la naturaleza, la conservación de semillas nativas y de la biodiversidad, el aprovechamiento del agua y otros saberes agroecológicos. Se trata de alternativas que colocan la vida en el centro y recuperan una cultura del cuidado que las mujeres han cultivado pacientemente a lo largo de generaciones.

Son muchas las mujeres que vienen tramando para la vida digna, desde esa historia olvidada, desde esas voces acalladas, recuperando la memoria histórica en la que subsisten sus ancestras. Esas que construyeron el 8 de marzo y todas las que antes y después se rebelaron ante las múltiples formas de violencia implícitas en una concepción del mundo en la cual el Hombre y el Ser Humano son el centro y las mujeres y la naturaleza la periferia de la que se sirven para seguir sosteniendo la centralidad de la incesante acumulación.

Sin embargo, todas, las que luchamos y las que no, vamos valorizando lo que somos y lo que hacemos y aprendiendo que sin una transformación que coloque la reproducción de la vida y a las mujeres que la sostienen en el centro, no hay vida digna pero tampoco vida posible.